hay días en los que
olvido todo
tiempo,
espacio,
dirección,
realidad...
y solo me encuentro
recorriendo un camino
sin prisa
un momento de lucidez, de quietud
donde la claridad
se hace evidente
como si una guacalada
me despertara y
los miedos fueran
aplastados con el torrente
de agua.
donde todo lo que poseo
dentro es mi verdad
donde controlo
todo mi universo y
donde las posibilidades
se convierten en infinito
en ese pequeño momento
donde se siente la presencia
de algo más grande,
de un poder dentro
y energía fluyendo
dentro y fuera
en ese momento morí y renací...
Bu.
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